Muchos de nosotros, los que habíamos tenido tan sólo la oportunidad de compartir, con él alguna pascua, algún encuentro, quizás no sintamos el vacío desgarrador de quien le buscará ahora en la silla de la reunión del grupo o, más dramático todavía, en el sitio de la mesa a la hora de comer; pero sabemos y sentimos que el corazón de nuestros grupos, de nuestros procesos de pastoral, el corazón de la gran familia de los procesos está herido y que uno de los nuestros ha partido.
Hace poco más de veinticuatro horas nos encontrábamos para llorar y celebrar su partida en una emotiva eucaristía familiares, chavales de Grupo Calasanz y Jaire, miembros de la Fraternidad... y entre las palabras de aliento y esperanza de Ángel Mari planeaba una sensación de que somos comunidad, de que estamos juntos Grupos Calasanz, Jaire y Fraternidad que daba la certeza de que Marcos ha estado y sigue estando arropado por una forma de entender nuestra misión en el mundo al estilo de Calasanz y para Calasanz.
José de Calasanz, arropa con fuerza entre tus brazos a Marcos y dale toda esa energía que se nos ha quedado en el tintero por dar a aquellos que nos hemos sentido unidos a él entorno a tu mensaje y carisma.
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