viernes, 16 de marzo de 2012

Visita pedagógica Academia ESSA

Cumpliendo mi promesa regreso de una visita pedagógica y me lanzo a escribir unas lineas para mi blog.

Vuelvo impresionado; muy gratamente impresionado. No se si seré capaz de poder transmitir todo en unas lineas porque una vez más es como si volviera a ver la luz ante mis ojos.  He estado en una visita en el colegio Essa Academy de Manchester. Es un centro pionero en el uso de los iPad en la escuela. Un centro público cuya espectacularidad salta a la vista. Salta a la vista por su arquitectura, por su despliegue de medios tecnológicos pero por encima de todo por su metodología y concepción de la educación.



Los iPad en el colegio resultan un medio más que eficaz para poder desplegar una metodología en que todo el colegio aprende y el alumno es el auténtico protagonista del proceso.

Durante la visita hay una constante en sintonía con  la filosofía de Apple: ante todo lo simple, lo sencillo, rápido, dinámico y más centrado en el qué y no tanto en el cómo.  Por otro lado unido a la audacia de haber aplicado una determinada tecnología, tal y como apuntaba más arriba, hay una decisión pedagógica de cómo enseñar. La flexibilidad en la organización escolar y en el curriculum, así como el trabajo por proyectos en secundaria, una organización interna basada en el reconocimiento de los alumnos así como una libertad envidiable hacen de este un colegio que merezca la pena visitar para ver un camino hacia el que podamos caminar.

Las muchas o pocas personas que hayan ido leyendo estas lineas, y a su vez hayan visto las fotos, estarán pensando que es para unos pocos, que es un colegio elitista... Nada más lejos de la realidad. Es un centro público en un barrio obrero. Hace no mucho estaba a punto de cerrar e hicieron una apuesta no solo por la tecnología sino por una nueva forma de enseñar. La sombra del cierre se ha alejado de ellos y actualmente acaban de abrir el nuevo edificio, del que son las fotos. Tres religiones y 48 culturas conviven en este centro. Puede que nuestros centros con edificaciones mas convencionales, sin cristaleras y entradas espectaculares nos parezcan demasiado enquilosados para poder albergar un proyecto educativo como este; nada mas lejos de la realidad. El cambio tiene que empezar desde el aula y el maestro y desde allí irá transformando el ecosistema; desde el aula y de la transformación se cambiaran mesas que permitan más que mirarse los cogotes, se tirarán tabiques, se harán grandes espacios para el conocimiento. El colegio Montserrat es un claro ejemplo de esto.

Para ver más fotos pincha aquí

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