sábado, 8 de febrero de 2020

Greta, Borrell y los mojigatos

Hace pocos días Josep Borrell, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea aseguraba que "Está bien salir a manifestarse hasta que te piden contribuir a pagarlo. Me gustaría saber si los jóvenes que salen a manifestarse en Berlín son conscientes de lo que valen esas medidas y si están dispuestos a rebajar su nivel de vida para subsidiar a los mineros polacos" (https://www.elconfidencial.com/mundo/europa/2020-02-07/josep-borrel-sindrome-greta-boicotea-estrategia-ecologista-bruselas_2446259/).

Rápidamente saltaron las alarmas en la UE y se sucedieron las desautorizaciones, las matizaciones y rectificaciones. 


Pues... sí, es cierto lo que Borrell dijo y no hacemos ningún favor a los jóvenes si no les decimos la verdad y seguimos fomentando un concienciación mojigata sin afrontar la realidad ni hacerles conscientes de que el compromiso siempre supone pagar un peaje, en todas las parcelas de la vida. En lugar de dulcificar el peaje o incluso negarlo deberíamos hacer pedagogía del esfuerzo y hacer realmente hombre y mujeres del mañana responsables y serios que asumen gratamente las consecuencias de sus compromisos. 

Hay que decirlo alto y claro... hacer la opción de comprar ropa de comercio justo es más caro. Si proclamas a los cuatro vientos que quieres ser coherente has de saber que la ropa será más cara y que podrás comprarte menos prendas. 
Hay que decir alto y claro que comprar alimentos de comercio justo es más caro y que la coherencia y la certeza de hacer bien las cosas tienen un coste. 
Hay que decir alto y claro que clamar por una política energética más limpia tiene un peaje, y que supondrá un empobrecimiento de las personas. 

Y ¿qué? 

En lugar de hacer dulces y carentes de esfuerzos las reclamaciones de los jóvenes debemos hacerles conscientes de que se deben hacer pero asumiendo las consecuencias de dormir con la conciencia más tranquila. De lo contrario no hacemos ningún favor a las generaciones que están por venir.